¿Qué es un mito? ¿Realidad o ficción? Sea lo que sea, el mito forma parte de nuestra vida porque está plasmado en las costumbres, la religión, la cultura, la lengua de una manera prodigiosa. Lo que está claro que existe es el espíritu y la finalidad por los que nació. Es igual si existieron o no los protagonistas. La esencia es la que sobrevive y nos enseña a sobrevivir a los acontecimientos que no tienen explicación lógica.
Para empezar, me pareció curioso iniciaros en esta nueva entrada con este vídeo introductorio al mito griego. Es imprescindible que lo veáis desde un punto de vista cosmopolita, no como un simple cuento griego.
Hipómenes y Atalanta: el mito
Al nacer mujer, el destino de nuestra protagonista tomó un rumbo muy diferente al que tenía por su condición.
Atalanta, hija del rey Iasos, fue abandona y creció criada por cazadores o por una osa (varía según las versiones) hasta que se hizo una mujer hermosa y excelente cazadora que se consagró a la diosa Ártemis y así preservó su virginidad.
No solo era conocida por su episodio con Hipómenes, sino también por ser la primera en herir al jabalí de Calidón.
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Al enterarse sus padres biológicos de su gran fama como cazadora y orgullosos de su valentía, decidieron llamarla a su presencia para demostrarle su admiración, pero al ser mujer era necesario casarla. Lo que no sabía su padre es que ella había consagrado su virginidad y eso era un gran impedimento para llevar a cabo sus deseos. No obstante, Atalanta, sabedora de sus aptitudes en la carrera, propuso un trato a su padre y así librarse de tal empeño: se mediría en un carrera con todos aquellos hombres que quisieran casarse con ella. Si ganaba ella morirían, pero si perdía sería su esposa.
Es aquí donde entra en escena Hipómenes, el cual, al oír hablar a Atalanta, no fue inepto y pidió a ayuda a la diosa Afrodita que le entregó tres manzanas de oro: en plena carrera Hipómenes iba acortando la ventaja de Atalanta tirando cada vez una manzana, la cual era recogida por ella ya que no se podía contener ante el aspecto de estas.
Atalanta e Hipómenes, Guido Reni, Museo del Prado |
Hay una infinidad de representaciones artísticas sobre este pasaje del mito del momento de la carrera, en el momento de que Atalanta se agacha para recoger las manzanas. Aparte del gusto por la cultura clásica, en la Edad Media ya se empezaron a hacer interpretaciones alegóricas con un fin moralizador sobre los mitos. ¿Queréis saber cuál fue la interpretación de éste? Pero para ello tenemos que concluir el pasaje.
Al haber ganado Hipómenes, Atalante tiene que cumplir su palabra y se casa con él. Viven enamorados y felices, pero tal es su pasión que no pueden redimir el deseo de yacer y lo hacen en un templo dedicado a la diosa Cibeles. Tal oprobio hace que los castigue convirtiéndolos en dos leones destinados a tirar del carro de la diosa y a no poder ni mirarse eternamente.
Esta situación la tenemos inmortalizada en la estatua de la diosa Cibeles en pleno centro de Madrid.
Escultura de la Fuente de Cibeles, Madrid |
Como podéis apreciar en la fotografía, los leones están totalmente con la cabeza girada: he ahí el castigo de la diosa. Además, los podemos encontrar en la entrada del Congreso de los Diputados en Madrid, sobre lo cual he encontrado una noticia en un conocido periódico que quiero compartir con vosotros como una mera anécdota.
Alejándonos de la materia humanística, esta diosa con su carro tirado por los protagonistas de este post es utilizada para celebrar triunfos en el deporte. El Real Madrid de fútbol, incluso la selección española también se acercan a compartir con ella sus grandes victorias.
Este vídeo nos acerca a este punto de vista.
Sin más dilación, despejemos la incógnita. ¿Qué interpretación dieron a este mito? Pues imaginaos. Seguro que la mujer tiene la culpa.
Digo esto porque si leéis diferentes interpretaciones de mitos a partir de la Edad Media y ya con la religión cristiana como guía del pensamiento y forma de vida. encontraréis esa postura machista (considerada desde un punto de vista laico y más moderno) contra las mujeres en el sentido de que la mujer representa el pecado (cf. Adán y Eva), esa naturaleza ambiciosa de conseguir oro a cambio de lo que sea, mientras que por otro lado está Hipómenes, la representación de la pasión carnal. También se considera a Atalanta una mujer independiente que intenta vivir lejos de las pretensiones masculinas pero al final, como manda el orden establecido, vuelve a los brazos del hombre.
Para terminar y dar el broche de oro a este post, me gustaría comentar grosso modo un elemento muy usual en la mitología clásica y que ha sido el causante de infinitas tragedias en la antigüedad y también en tiempos más contemporáneos: la manzana.
Os he confeccionado un pequeño collage con los tintes de manzana que tenemos desde el maestro Rubens, por ejemplo, hasta las películas Disney como Blancanieves y la Bella Durmiente. Os explico.
La manzana, gran causante de males por su aspecto apetitoso, unas ocasiones de oro, otra como un simple fruto. En la mitología clásica el problema lo suele causar una manzana dorada, de los famosos árboles del jardín de las Hespérides, que proporciona hasta la inmortalidad. De ahí las tomó Venus para dárselas a Hipómenes, cuyo fin no parecía presagiar nada malo, pero después no trajo nada bueno, sino la desdicha eterna de nuestos protagonistas; en las bodas de Tetis y Peleo, padres del famoso héroe troyano Aquiles, tuvieron también su protagonismo. A su enlace invitaron a todos los dioses menos a la diosa Eris, la discordia. ¿No os suena de algo esto? Continúo a ver si se os refresca la memoria. Al enterarse de que no había sido invitada, se presentó en la boda y lanzó una manzana dorada en la que ponía: <<para la más bella>>. En ese instante ya sembró la discordia entre tres diosas que se consideraban a sí mismas la más bellas: Atenea, Hera y Afrodita. Y justo ahí se desencadenó el principio de lo que le daría su gran fama a Homero: la Guerra de Troya. Para decidir quién era la más bella eligieron a Paris, un joven pastor muy sabio, por orden de Zeus. Cada una le ofreció un don, pero él se decantó por poseer a la mujer más bella, Helena de Troya. Y de aquí nace el famoso juicio de Paris y Afrodita sea considerada la diosa más bella.
¿Seguís sin verle parecido con algún cuento más moderno? ¡En efecto! Maléfica es Discordia y de distinta manera lanza un maleficio contra los reyes por no haberla invitado a la presentación de su hija, la princesa Aurora, conocida como la Bella Durmiente.
Por otro lado, en pasajes posteriores en el tiempo, la manzana pasa a ser un mero fruto natural, no de oro, pero de apariencia muy suculenta e inevitable de darle un bocado. Os remito entonces al pasaje de la Biblia con el pecado de la manzana y otro más mundano es el cuento de Blancanieves, cuya madrastra pretende acabar con ella dándole una manzana envenenada, pero que al final el beso de amor de un príncipe azul la salvará del hechizo.
¿Os dais cuenta la cantidad de paralelismos entre distintas y muy diferentes épocas?
Esto sólo significa una cosa: somos la parte viva de una tradición acontecida a lo largo de los tiempos.
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